La leche es uno de los principales alimentos en cualquier dieta, ya sea en su forma original o bien a través de sus derivados. Actualmente existe una gran variedad de tipos en los supermercados, adaptadas a los diferentes sectores de la población. Las podemos encontrar de formas  enteras o semidesnatadas, con o sin lactosa, de vaca o de almendra. Pero, ¿conoces las diferencias de cada una? ¿Qué aportan a nuestro cuerpo?

Leche entera, semi o desnatada

La leche entera es aquella que ha sido sometida a un proceso de ultrapasteurización, proceso térmico que se utiliza para reducir en gran medida el número de microorganismo presentes en la leche. El proceso consiste en poner la leche a una temperatura de unos 140º y posteriormente reducirla hasta 32º. Este tipo de leche es el más consumido en España. Sin embargo, una de sus desventajas es que tienen un alto contenido en grasas saturadas.

La leche semi-desnatada presenta un menor contenido graso que el tipo anterior. Esto la hace más adecuada para aquellas personas que quieran adelgazar, al contar con menos calorías. Con respecto a su sabor es similar al de la leche entera.

La desnatada es la que menos materia grasa contiene, menos del 0,5%. Además, al contener menos grasa que la leche entera, también aporta menor valor energético al eliminarse las vitaminas liposolubles (A y D).

Leche con o sin lactosa

En los últimos años, cada vez más gente consume leche sin lactosa. Buena parte de estos consumidores son personas intolerantes, otros, por ejemplo, la prefieren al favorecer una mejor digestión.

La sin lactosa es modificada mediante la adicción de lactasa, la enzima que hace que se rompa la lactosa en dos azúcares simples constituyentes, la glucosa y la galactosa. El consumo de esta variedad de este lácteo provoca una digestión más ligera y suave, sin los efectos provocados por el consumo de lactosa en adultos. Su sabor es similar al de la leche con lactosa, ligeramente más dulce a raíz de la incorporación de la enzima de lactasa.

Leche animal o vegetal

Otro de los tipos de estos lacteos se estable por su origen. De este modo, diferenciamos entre los lácteos que proceden de animales, ya sea vaca o cabra, o las que derivan de productos vegetales. Entre esta segunda variedad destacan las leches de avena, almendra o soja. Estos tipos son consumidos por personas alérgicas o a las que nos les gusta el sabor de la leche más tradicional o entera.